jueves, 12 de junio de 2008

LAS LÁGRIMAS DE LA VIRGEN

Infinidad de veces hemos podido oir hablar de las lágrimas de la Virgen, las hemos visto, hemos sentido cómo se clavaban en las mejillas de nuestras dolorosas, pero ¿hemos reflexionado alguna vez sobre ellas?

El mismo Cristo en el Sermón de la Montaña bendijo las lágrimas dejándonos como tercera bienaventuranza: "Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados" (Mt. 5,5,), a lo largo de los siglos otros autores han ahondado en el significado de las lágrimas, es el caso de San Juan de la Cruz que decía que quien no sabe de penas no sabe de amores, o San Bernardo, gran devoto de Virgen, cuando dirigiéndose a Ella misma le decía: En verdad, Madre santa, una espada traspaso tu alma. Jamás, esta espada no hubiera penetrado en la carne de tu Hijo sin atravesar tu alma. Por lo tanto, te llamamos mas que mártir, ya que tu sentimientos de compasión superaron las sensaciones del dolor corporal"

Juan Pablo II, dijo en su visita pastoral al Santuario "Nuestra Señora de las lágrimas" en Siracusa dijo que las lágrimas de la Virgen pertenecen al orden de los signos: testimonian la presencia de la Madre en la Iglesia y en el mundo. Una madre llora cuando ve a sus hijos amenazados por algún mal, espiritual o físico. María llora participando en el llanto de Cristo por Jerusalén, junto al sepulcro de Lázaro y por último, en el camino de la cruz. Así pues, las lágrimas de la Madre son: lágrimas de dolor por cuantos rechazan el amor de Dios y por la humanidad oprimida y rota; lágrimas de oración de la Madre que eleva su oración suplicante por los que no rezan, por los que están obstinados y cerrados para no escuchar a Dios; y lágrimas de esperanza que desean ablandar los corazones endurecidos, alcanzado arrepentimiento, llanto de conversión en todos aquellos que no han llorado por sus pecados.

La Iglesia nos invita a meditar en los dolores de la Virgen, especialmente en siete de ellos. Siete es un numero que en lenguaje bíblico es símbolo de plenitud o totalidad. Los siete dolores de la Virgen son:
1 la profecía de Simeón

2 la huida a Egipto

3 la pérdida de Jesús Niño en Jerusalén

4 el encuentro con Jesús camino del calvario

5 la muerte de Cristo en la Cruz6 cuando bajan a Jesús de la Cruz y le colocan en sus brazos el cuerpo muerto de su Hijo

7 cuando sepultan a Jesús

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