miércoles, 25 de junio de 2008

¿QUÉ LE FALTA A NUESTRA SEMANA SANTA?


Hay dos cosas que, bajo mi punto de vista, - y esto es opinión estrictamente personal, aunque creo que recojo el sentir de bastante gente - le faltan a la Semana Santa de Herencia. No podemos conformarnos con la excusa de que somos un pueblo pequeño y que tenemos una Semana Santa lo suficiente hermosa para el número de habitantes, lo cual es verdad, pero no puede convertirse esto en una excusa. Hemos de seguir trabajando en cultivar las semillas que ya están plantadas, pero hay dos temas que tendríamos que mejorar, uno es el que se refiere al continuismo cofrade a lo largo del año. Es cierto que desde algunas hermandades se está trabajando, y eso me consta, pero ¿y los cultos? ¿qué pasa con los triduos, quinarios, septenarios o novenas que cada titular merece dentro de su hermandad? ¿no pensáis que si nos arropamos unos a otros en este tipo de actos la unidad cofrade de Herencia sería más fuerte que las rencillas - sin fundamento todas ellas - que pudieran surgir entre Cofradías? Tendríamos que trabajar. ¡vocales de cultos, ánimo!


Otro tema, ya no tanto a nivel individual de cofradías cuanto a nivel grupal de Junta de Hermandades, es la carencia de formación cofrade, demasiada tenemos por transmisión familiar para la oferta externa de la que disfrutamos. Por supuesto, esto no es una crítica, porque el trabajo es mucho y a veces sobrepasa las posibilidades de quien trabaja en esto, me gustaría que se tomara como sugerencia. Del mismo modo que dije anteriormente, una charla cuaresmal, que es muy útil espiritualmente para los cofrades de Herencia, no hay duda, no puede ser el sustitutivo de unas buenas charlas sobre aspectos cofrades que generen diálogo y sano debate, al mismo tiempo que incrementen las inquietudes y la cultura cofrade, para ir construyendo una tradición sólida y verdadera que refuerze la que hemos heredado de nuestros antepasados. Es responsabilidad nuestra cuidarla.


No sé qué pensáis al respecto, ¿no consideráis que es importante trabajar en este sentido?

ENSEÑANZA COFRADE: SEGUIR A JESÚS CARGANDO CON LA CRUZ

He aquí un artículo de la revista Eclesalia que reflexiona sobre la propia esencia del cristiano como unida íntimamente a la gozosa penitencia que recorre las calles de Herencia en nuestra Semana Mayor. Son muchas las cruces diarias a las que tenemos que hacer frente, aunque, a diferencia de lo que ocurre en nuestras hermandades, en la vida diaria no veamos las cruces, pero es él, el Cristo que es Misericordia plena, el atado a la columna, el clavado en la cruz, el yacente en la urna, el resucitado... el que nos da la fuerza y la ilusión para cargar con el peso de la vida y seguir tras él dentro del magnífico camino de fe que son las Hermandades de Pasión.


Lo que nos hace cristianos es seguir a Jesús. Nada más. Este seguimiento a Jesús no es algo teórico o abstracto. Significa seguir sus pasos, comprometernos como él a «humanizar la vida», y vivir así contribuyendo a que, poco a poco, se vaya haciendo realidad su proyecto de un mundo donde reine Dios y su justicia.Esto quiere decir que los seguidores de Jesús estamos llamados a poner verdad donde hay mentira, a introducir justicia donde hay abusos y crueldad con los más débiles, a reclamar compasión donde hay indiferencia y pasividad ante los que sufren. Y esto exige construir comunidades donde se viva con el proyecto de Jesús, con su espíritu y sus actitudes.Seguir así a Jesús trae consigo, más tarde o más temprano, conflictos, problemas y sufrimiento. Hay que estar dispuesto a cargar con las reacciones y resistencias de quienes, por una razón u otra, no buscan un mundo más humano, tal como lo quiere ese Dios revelado en Jesús. Quieren otra cosa.Los evangelios han conservado una llamada realista de Jesús a sus seguidores. Lo escandaloso de la imagen sólo puede provenir de él: «Si alguno quiere venir detrás de mí… cargue sobre las espaldas su cruz y sígame». Jesús no los engaña. Si le siguen de verdad, tendrán que compartir su destino. Terminarán como él. Esa será la mejor prueba de que su seguimiento es fiel.Seguir a Jesús es una tarea apasionante: es difícil imaginar una vida más digna y noble. Pero tiene un precio. Para seguir a Jesús, es importante «hacer»: hacer un mundo más justo y más humano; hacer una Iglesia más fiel a Jesús y más coherente con el evangelio. Sin embargo, es tan importante o más «padecer»: padecer por un mundo más digno; padecer por una Iglesia más evangélica.Al final de su vida, el teólogo K. Rahner escribió así: «Creo que ser cristiano es la tarea más sencilla, la más simple y, a la vez, aquella pesada «carga ligera» de que habla el evangelio. Cuando uno carga con ella, ella carga con uno, y cuanto más tiempo viva uno, tanto más pesada y más ligera llegará a ser. Al final sólo queda el misterio. Pero es el misterio de Jesús».


José Antonio Pagola

Eclesalia

SOLEÁ, DAME LA MANO. MARAVILLOSA MARCHA



La marcha SOLEA DAME LA MANO es una marcha maravillosa, que desborda sentimiento cofrade por los cuatro costados, o por las cinco líneas, más las adicionales, que forman los pentagramas sobre los que está escrita. Esta marcha está dedicada a la Esperanza de Triana. fue compuesta por el ilustre Manuel Font de Anta basándose en una solea, palo flamenco que era la base de una saeta que canto un gitano que estaba preso desde la reja de su ventana en la cárcel cuando el palio de la Esperanza de Triana pasó debajo de la celda en la que cumplía condena. Si ya por si misma es impresionante, conociendo su historia es más conmovedora aún, así que, cofrades de Herencia, cuando escuchemos esta marcha intentemos oir el sentimiento llano de aquel gitano que desde las rejas de su ventana en la sevillana cárcel del Pópulo no tenía más que ofrecer a la Madre de Dios que iba sufriendo desde Triana que su propia voz, su propio arte.




viernes, 20 de junio de 2008

RIÑAS CON EL GRAN PODER DE SEVILLA

Me encanta la maestría que tiene Antonio Burgos para llenar el corazón cofrade de escalofrío cuando cuenta algunas de las historias que recoge. Buceando por sus artículos encontré el que a continuación reproduzco íntegramente. Me gustó tanto porque creo que es lo que nos pasa a muchos de nosotros con el Cristo o la Virgen de nuestra hermandad, que a fuerza de quererlos tanto, los incorporamos a nuestra propia familia terrena. Ahí va:




"Por si no lo leyeron, dejemos que lo vuelva a contar ella misma, con su lenguaje desgarrado y lleno de sentimientos, tal como se lo relató en estas páginas a Juan Miguel Vega el otro día:
"Mi gran devoción es el Gran Poder, pero estoy muy enfadada con El. Cuando me quedé embarazada de mi tercer hijo, los médicos me dijeron que el niño podría tener algún problema por mi RH negativo. Le prometí al Señor que si nacía bien se llamaría como El. Nació bien y le puse de nombre Jesús. Egoístamente, pensé que por eso iba a estar protegido, pero mi hijo murió el 1 de enero del 2000 con sólo veinticinco años. Le pregunté al Gran Poder por qué me hizo esa putada y me dije que nunca más volvería a verlo. Pero me he comprado una casita en la calle Eslava y ahora lo tengo enfrente. Le digo:
--Anda, hijo, voy a tener que verte por narices...
Ya he ido dos veces y creo que estamos empezando a perdonarnos."
¿Quién cuenta esta historia con tal desgarradora fuerza dramática sobre la putada que le hizo el Gran Poder? Es Concha Pino, la vidente. Aunque su oficio sea adivinar el futuro, en su devoción adivina el pasado constante de las relaciones de los sevillanos con el Gran Poder. Ninguna otra advocación de Cristo es tan humana como el Señor de San Lorenzo. Basta irse por la basílica, cualquier tarde, y pegar la oreja. La gente, más que rezarle, le habla al Gran Poder, le pide cosas. Porque sabe quizá que es la más humana de las personas divinas. En un besamanos de Domingo de Ramos, en la cercanía del Señor, yo he oído cómo las mujeres se dirigen a Él llamándole siempre Hijo, nunca Padre, cómo le cogen las manos maternalmente. Y hablándole de tú, naturalmente. De tú a tú. Porque el Señor de Sevilla es siempre uno de los nuestros.
Estas peleas con Alguien tan cercano no son nuevas, a poca memoria de nuestras cosas que se tenga. Forman parte de las más hermosas leyendas de Sevilla, que se siguen acuñando, en escritura automática de Bécquer en su propio barrio. A Concha Pino le ha pasado como aquel sevillano que fue a pedirle un día y otro al Gran Poder por la vida de su hijo y que cuando murió su ser querido, acudió enfurecido a San Lorenzo para decirle:
-- Que sepas que no vengo más a verte. Si me quieres ver, vas a tener Tú que ir a mi casa...
Y fue aquel traslado del Gran Poder hasta un barrio alejado, en la Misión General de Sevilla, aquella noche que de golpe se abrieron los cielos y se puso a llover si tenía que llover, cuando los hermanos que llevaban la imagen del Señor en parihuelas buscaron refugio en un portalón que cerrado vieron y a cuyas puertas llamaron. Quien vivía en aquella casa era precisamente aquel hombre que también se enfadó con el Señor por la muerte de su hijo. Bajó al oír la llamada y las voces, abrió la puerta y se encontró con que el Señor se había presentado en su casa. Aquel amigo con quien se enfadó y a quien retó en la visita.
Siempre acaban bien estas humanísimas riñas con el Gran Poder. No sé de nadie a quien el Señor le haya retirado definitivamente el saludo, por más que aparentemente, en su poderío divino, nos haya hecho alguna faena, como se le queja Concha Pino. Seguramente los teólogos, que no saben ni papa de las cosas del Hijo de la Macarena, no pueden explicarse estas peleas a lo divino. Pero enfadarse con el Señor de Sevilla, reñirle, pedirle cuentas, echarle en cara lo que ha dejado de hacer, como ese amigo cierto de las horas inciertas al que le exigimos que nos eche un cable cuando estamos asfixiados, es la mejor forma de proclamar su Gran Poder".
Antonio Burgos
...y ahora que cada uno saque sus propias conclusiones

jueves, 12 de junio de 2008

LAS LÁGRIMAS DE LA VIRGEN

Infinidad de veces hemos podido oir hablar de las lágrimas de la Virgen, las hemos visto, hemos sentido cómo se clavaban en las mejillas de nuestras dolorosas, pero ¿hemos reflexionado alguna vez sobre ellas?

El mismo Cristo en el Sermón de la Montaña bendijo las lágrimas dejándonos como tercera bienaventuranza: "Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados" (Mt. 5,5,), a lo largo de los siglos otros autores han ahondado en el significado de las lágrimas, es el caso de San Juan de la Cruz que decía que quien no sabe de penas no sabe de amores, o San Bernardo, gran devoto de Virgen, cuando dirigiéndose a Ella misma le decía: En verdad, Madre santa, una espada traspaso tu alma. Jamás, esta espada no hubiera penetrado en la carne de tu Hijo sin atravesar tu alma. Por lo tanto, te llamamos mas que mártir, ya que tu sentimientos de compasión superaron las sensaciones del dolor corporal"

Juan Pablo II, dijo en su visita pastoral al Santuario "Nuestra Señora de las lágrimas" en Siracusa dijo que las lágrimas de la Virgen pertenecen al orden de los signos: testimonian la presencia de la Madre en la Iglesia y en el mundo. Una madre llora cuando ve a sus hijos amenazados por algún mal, espiritual o físico. María llora participando en el llanto de Cristo por Jerusalén, junto al sepulcro de Lázaro y por último, en el camino de la cruz. Así pues, las lágrimas de la Madre son: lágrimas de dolor por cuantos rechazan el amor de Dios y por la humanidad oprimida y rota; lágrimas de oración de la Madre que eleva su oración suplicante por los que no rezan, por los que están obstinados y cerrados para no escuchar a Dios; y lágrimas de esperanza que desean ablandar los corazones endurecidos, alcanzado arrepentimiento, llanto de conversión en todos aquellos que no han llorado por sus pecados.

La Iglesia nos invita a meditar en los dolores de la Virgen, especialmente en siete de ellos. Siete es un numero que en lenguaje bíblico es símbolo de plenitud o totalidad. Los siete dolores de la Virgen son:
1 la profecía de Simeón

2 la huida a Egipto

3 la pérdida de Jesús Niño en Jerusalén

4 el encuentro con Jesús camino del calvario

5 la muerte de Cristo en la Cruz6 cuando bajan a Jesús de la Cruz y le colocan en sus brazos el cuerpo muerto de su Hijo

7 cuando sepultan a Jesús

domingo, 8 de junio de 2008

TU CRUZ ADORAMOS, SEÑOR



Maravillosa reflexión cantada que nos hará sentirnos cerca de la cruz como símbolo del dolor y de la reconciliación, como momento de encontrarnos con nosotros mismos contemplando el rostro cansado y tranquilo del Santísimo Cristo de los Afligidos.

domingo, 1 de junio de 2008

POEMA DE FLORENCIO QUINTERO


Dice el poeta que la poesía es como la luz y es la luz misma, es cierto, y alguna poesía a fuerza de bellísima te llega a lo más profundo del alma haciendo revivir momentos que no aflorarían de otra manera. Aquí dejo un maravilloso poema que Florencio Quintero dedicó a la Virgen de la Esperanza de Triana, a esa morena marinera divina que desde la calle Pureza de Triana es el salvavidas de cofrades que la quieren desde todos los rincones de la tierra.



Yo iba detrás de ti

Señora, una madrugada,

Yo iba de penitente

con una cruz a la espalda.


Iba delante la cera

que el rostro te iluminaba

delante blancos claveles

que tu cara perfumaban

y delante iba la brisa

refrescándote la cara.


Iba delante la estrella

delante la flor del alba,

y fue delante la luna

fue delante la mañana

y delante las saetas

que a porfía te cantaban.


Iba delante el lucero

anunciando un sol en llamas,

delante una bambalina,

delante velas rizadas,

y la luz iba delante

con un color de Esperanza.


Delante los candeleros

con sus piropos de plata

iba delante el incienso

perfumándote la saya

y delante tu pañuelo

para secar tus pestañas.


Y fue delante Sevilla,

delante toda Triana

todos gozando de luz

todos gozando la gracia,

todos gozando la gloria

de poderte ver la cara.


Y no me pesó la cruz,

ni me hundió la madrugada,

ni el cansancio de la noche,

ni los cuchillos del alba...

Pero me hundió el ir detrás

sin poderte ver la cara.


Florencio Quintero.