Tomando prestado el dicho tradicional, decían las abuelas que "hay tres jueves en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión", pues bien, en este año ya dos jueves nos han deslumbrado con sus destellos, estrictamente tres, pero es hoy cuando la Iglesia celebra la fiesta del Corpus, la fiesta de la Eucaristía que fue instituía por Jesús en la última cena, en la noche de su pasión. Hoy las calles de Herencia lucirán sus mejores galas y los altares populares se postrarán al paso de la custodia sobre alfombras de romero lluvia de pétalos, pero al sol brillante del Corpus se unirán las ráfagas que aún se conservan del Jueves Santo porque los estandartes de las hermandades de pasión, unidas al cuerpo de las de Gloria, harán corte de honor al Santísmo Sacramento.
No puedo evitar cada vez que veo a Cristo Sacramentado en la Custodia trasladarme al cenáculo y ver el pan partido en las manos de Jesús. ¡Qué bonita esa canción que dice: Comiendo del mismo pan, bebiendo del mismo vino, queriendo en elmismo amor sellamos tu alianza Cristo. La noche su pasión tomó el pan entre sus manos y dijo; tomad, comed, este es mi cuerpo entregado. La noche de su pasión, cogió el cáliz en sus manos, y dijo: Tomad, bebed, es la sangre que derramo".
Disfrutemos, pues, de la Gracia de tener por nuestras calles al Santísimo Sacramento del altar derramando sus bendiciones.
¡Viva Jesús Sacramentado!
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