lunes, 29 de septiembre de 2008

ESPÍRITU DE HERMANDAD


Por curiosidad y sin tienen tiempo, visiten cualquiera de las páginas que hacen mención de los actos de las cofradías sevillanas. Verán numerosas salidas extraordinarias, traslados, Funciones Principales de Instituto, coronaciones canónicas, imposiciones…todo ello arropado por los cofrades y devotos en general, que arropan a la imagen de Cristo o María a la que se le rinden cultos. Todo en medio de un respeto que no tiene porqué ir reñido con la celebración, siempre bajo la dirección de un sacerdote, que entiende a la cofradía, y se implica en los cultos de la misma, haciendo partícipe a todos los hermanos de los actos, inculcándoles el espíritu cofrade, y sobretodo, dándoles unas razones del porqué del acto, de su importancia. Verán que las cofradías están hermanadas unas con otras, que se prestan enseres, que se visitan…sin malos rollos, sin discusiones…y todo esto lo refrendan las numerosas personas que son hermanas en varias cofradías a la vez, y dan testimonio cristiano de cómo se debe avanzar por estas sendas: todos a una, sin fisuras.

Pues lo que pasó el día 13 de septiembre en la ermita del Cristo fue algo así. Un acontecimiento extraordinario, como fue la imposición del escapulario al Stmo. Cristo de la Misericordia, congregó a cientos de herencianos, en la pequeña ermita de su Titular.
En el transcurso de la celebración, bautizada por la hermandad como Misa de Mayordomía, dos momentos solemnes e importantes. Por un lado, la imposición al Stmo. Cristo de la Misericordiar del escapulario con el escudo que aúna los propios de la Orden Mercedaria y los de la cofradía escarlata.
Otro momento importante fue la interpretación por parte del coro del Convento del Himno del Stmo. Cristo de la Misericordia, compuesto por Antonio Martín-Viveros. Este himno gustó, y mucho, entre los asistentes.

El Padre Mario Alonso, que fue el encargado de celebrar la eucaristía, pronunció una homilía de esas que sabes que ha sido pensada para esa hermandad, que no se puede dar en otro lugar, sabiendo que era un día especial para todo el pueblo de Herencia.
Una vez concluía la eucaristía, el Stmo. Cristo de la Misericordia quedó expuesto, de forma extraordinaria, en devoto besamanos.
Para acabar la noche, o comenzarla, y ya que corría esa “marea” del mes de septiembre, un chocolate con torta.
Después un espectacular castillo de fuegos artificiales, muy aplaudido, puso la nota de color y ruido en la noche. Sin duda alguna, digno acompañante del acontecimiento vivido anteriormente.
Finalizó la noche con la actuación de una orquesta, que por si les sonaba, era la que también visitó el mismo barrio para la fiesta de Santiago.

Sergio García-Navas Corrales

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